Sutilmente estás cargando el peso de la xenofobia. Tal vez eres asintomático, pero en ocasiones el chiste aparentemente inofensivo acerca de los refugiados y migrantes puede ser gracioso para ti, y pueda que seas de los que utiliza la frase «yo no es que sea xenófobo, PERO…»
¡Pilas! No dejes que la xenofobia avance y se convierta en una pesada carga. Recuerda que las personas refugiadas y migrantes han tenido que dejarlo todo buscando protección y una mejor vida. De igual manera, ellas y ellos tienen grandes capacidades que pueden aportar al desarrollo del país.
Todos necesitan nuestro apoyo para salir adelante, así que no puedes ser indiferente, «Al final, no recordamos las palabras de nuestros enemigos sino el silencio de nuestros amigos.“ — Martin Luther King.
Te invitamos a un segundo paso, ¡cambia tu indiferencia y sintonízate con la empatía!